La caracola
Siempre se paga la misma moneda
cuando se sube a lo alto del mundo:
desde la altura del cieno profundo
no se ve nada que no sea moneda.
Toda la altura del hombre se queda
momificada y sin luz, moribundo
vaga sin rostro en su sombra, y el mundo
nada parece que no sea moneda.
Triste derrota del niño crecido
cuando ya sólo es capaz de comprar,
mula que tira de estribos y olvido:
su caracola en el pecho resuena,
pues cuando vive tan sólo ve arena
y cuando duerme no sabe oír el mar.
Fotografías: interior y vestíbulo del hotel Grand Hyatt de Shanghai, el más alto del mundo (pisos 87º a 54º), en el interior de la torre Jin Mao (金茂大厦).
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1 comentario:
Caracola espectacular
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